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MAGIA DEL CAOS: UN DESORDEN CREADOR

Los paradigmas, como modelos que brindan una percepción de la realidad, si bien favorecen a la comprensión de fenómenos, también debilitan al desarrollo del criterio propio, lo cual perjudica a la validación de creencias internas.

 

Ante tal condicionante, es que surge la Magia del Caos –también denominada Caoísmo- cómo un sistema mágico que avala por el cuestionamiento de normas preestablecidas, a partir de la resignificación de signos, figuras y dogmas, dando énfasis al autocontrol de la mente para la obtención de logros. Debido a su mirada tan crítica, ha llegado a ser catalogada como magia punk.  

 

El origen de este movimiento se remonta a los años 70, principalmente por los ocultistas Peter J. Carroll y Ray Sherwin, quienes decidieron explorar las potencialidades de la magia, sin la excesiva ritualización y postulados que dictaban otras disciplinas de aquel entonces. Fue así que iniciaron una nueva tendencia en el campo mágico, que, a través de una filosofía más experimental, abordó áreas escépticas, con importancia en la metafísica y en los estados de trance.

 

A partir de la frase “Nada es verdad. Todo está permitido”, el Caoísmo fomenta el estudio de la magia de resultados, la cual está centrada en producir cambios en la realidad desde la intencionalidad de la persona, por medio de su creatividad, que posteriormente se reflejará en los parámetros, riesgos y experimentaciones que se deciden probar. Junto a esto, se incentiva a manejar un estado alterado de consciencia –gnosis- para así focalizar, y, enviar al subconsciente, el pensamiento o deseo que posteriormente se transformará en la meta visualizada.

En la Magia del Caos, lo esencial es que el/la practicante no se sienta condicionado/a, sino más bien pueda adquirir y manejar los distintos conocimientos existentes en cada paradigma, sin necesidad de tener que comulgar en sus creencias. Por ello es que, por parte de autores y escuelas tradicionalistas, esta magia es tachada de ser irresponsable, transgresora y sin estilo propio. Es así que lo caótico de este sistema mágico es que tiende a verse peligroso e inclusive irregular, pero, si sabemos escapar de las trampas del ego y, por, sobre todo, administrar la energía que deseamos enviar y proyectar en la realidad, el objetivo se torna factible, sin obstrucciones de por medio.

 

Como vemos, la naturaleza de la Magia del Caos es liberadora, estando siempre habilitada a todas las ideas que la persona considere viables de mezclar. En conjunto a este albedrío, el cual invita a que cada practicante desarrolle sus propias técnicas, es que inclusive pueda darse la ocurrencia de realizar trabajos mágicos desde una cosmovisión personal, permitiendo explorar otras alternativas nunca antes vista, que solo son comprendidas por su creador/a.

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